Se avecina tormenta
El desbordamiento del las redes de saneamiento es un problema que hay que atajar hoy, no se puede dejar para mañana.
Una de las principales causas del desbordamiento del alcantarillado es el deterioro de las tuberías de las aguas residuales. Y con la presión añadida que suponen para las redes las condiciones meteorológicas extremas, ha llegado el momento de tener soluciones duraderas de cara al largo plazo.
El cambio climático se suele retratar como una amenaza lejana, algo de lo que se tendrán que preocupar las generaciones futuras. Sin embargo, mientras que los políticos siguen debatiendo cómo resolver este problema crítico, los efectos del calentamiento global y del cambio en los patrones meteorológicos ya los estamos sintiendo en nuestras propias carnes.
En Francia, las lluvias torrenciales, las inundaciones y otros fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más habituales y ejercen más presión en las ya sobrecargadas infraestructuras, incluidos los sistemas de aguas residuales.
«Nuestras redes de alcantarillado urbanas se las ven y se las desean para responder a las necesidades de una población del siglo XXI,» afirma Laurent Lefevre, gerente de ventas de Trelleborg Pipe Seals en la región este de Francia.
«Estas redes normalmente están diseñadas para aglomeraciones urbanas de menor tamaño con menos gente. Como la población ha crecido, las redes no han recibido las inversiones que necesitan para seguir ampliándose. Se han sobrecargado cada vez más y es entonces cuando surgen los problemas.»
La tormenta perfecta
En el caso de estas redes más antiguas, las lluvias torrenciales y las trombas de agua, como las experimentadas en Lyon a principios de 2018, suelen ser la gota que colma el vaso.
A menudo, los problemas estructurales tienen que ver. «Las dimensiones de las tuberías de drenaje se calculan normalmente a partir de los niveles de precipitación medios de esa región,» explica Jean-Jacques Merour, director de ventas en la región oeste de Francia. «Esto significa que los diámetros de las tuberías estándar en el sur de Francia son más estrechos que los del norte. Esto no supone ningún problema durante la mayor parte del año, pero cuando se producen períodos intensos de lluvia, la red se ve superada rápidamente.»
Además, las alcantarillas antiguas, que se siguen utilizando ampliamente en muchas ciudades del mundo, están mal equipadas para gestionar las lluvias torrenciales o el agua del deshielo, lo cual desemboca en desbordamientos mixtos de agua potable y aguas residuales que van a parar a los ríos y los estuarios. En la medida en que los patrones meteorológicos sigan cambiando y las redes de alcantarillado se vayan envejeciendo, estos problemas se producirán con mayor frecuencia en un futuro próximo.
El impacto de la mezcla de las aguas pluviales con el alcantarillado puede ser devastador para el entorno urbano. La autoridad en materia de agua de Lyon,< la Direction de l’Eau de Lyon Métropole>, llevó a cabo un programa de investigación para analizar el impacto medioambiental de la insuficiencia de capacidad.
El coste en cifras
Después de producirse tormentas fuertes, cuando las aguas pluviales entran en el sistema de alcantarillado y las plantas de tratamiento del agua llegan a su capacidad plena, se desvía el agua a los ríos para evitar que vuelva a los hogares y se introduzca en ellos. Este es el momento en el que se produce la contaminación fecal en los ríos y en las aguas subterráneas.
Estos desbordamientos del alcantarillado pueden tener consecuencias terribles para la salud pública. Según un estudio realizado en la Universidad de Illinois, Chicago, las visitas a los servicios de urgencias como consecuencia de trastornos gastrointestinales se elevaba al 13 % durante los días posteriores a fenómenos de precipitaciones extremas en los pueblos con sistemas de alcantarillado combinados. Puesto que la mayoría de los incidentes sanitarios no quedan registrados, se cree que el impacto real es mucho mayor.
Los problemas de salud tienen un impacto directo en la población. Además, hay gastos de limpieza y reparaciones de emergencia, y los municipios suelen tener que sumar el coste que supone la pérdida de productividad y, en muchos casos, la reducción de ingresos por pesca y turismo.
Aunque se sabe que los problemas de capacidad de la red provocan el desbordamiento del alcantarillado de las aguas residuales (SSO, por sus siglas en inglés), la situación se ve agravada por el pobre estado en el que se encuentran las redes de aguas residuales hoy en día. Una investigación, realizada por la Agencia de Protección Medioambiental Estadounidense, de las causas por las que se suceden los desbordamientos (SSO) concluyó que solo el 7 % de los mismos estuvo originado por una capacidad insuficiente del sistema, mientras que el 27 % de los SSO se debió a la afluencia y a la infiltración, debiéndose el 12 % a roturas de las tuberías.
Una solución al alcance de la mano
La buena noticia es que las grietas, las roturas y las fugas de las tuberías se pueden reparar. Si no es necesario ampliar ni actualizar las redes del alcantarillado, esta puede ser una opción rentable. Pero, evidentemente, tal y como explica Lefevre, en raras ocasiones la cosa es tan simple:
«Es por todos conocido que estos problemas existen, pero esto no significa necesariamente que se esté haciendo todo lo posible por solucionar el problema. Normalmente, es una cuestión de fondos: los encargados de tomar las decisiones no siempre están deseosos de gastar dinero en un problema que se puede producir solo un par de veces al año.»
En lugar de sustituir sistemas enteros, los propietarios de las redes pueden adoptar medidas para rehabilitar las tuberías, utilizando métodos de reparación con parches, soluciones de revestimiento de tuberías endurecidas in situ o sellos mecánicos. Se pueden sustituir secciones concretas de la red por soluciones más resistentes y duraderas que eviten roturas o fugas en áreas críticas y aumenten la capacidad del sistema.
La elección de la solución adecuada
Con demasiada frecuencia, tiene prioridad la presión ejercida en los municipios y en los propietarios de la red de no gastar el dinero de los contribuyentes. Se retrasan los proyectos y se rechazan soluciones apropiadas - pero más caras - a favor de opciones más baratas.
«Para las personas no versada en la la materia, a veces es difícil de entender, que no todos los materiales de sellado son iguales,» dice Merour. «Para poder resistir una presión intensa, año tras año, la goma de las juntas de las tuberías tiene que ser de muy alta calidad. Esa es la razón por la que mejoramos constantemente nuestros compuestos y los sometemos a pruebas por parte de agencias independientes.»
Según Gilbert Tiezzi, Director de comunicaciones del Centre d’études et de recherches de l’industrie du béton (CERIB), una de las causas más habituales de roturas en las tuberías de hormigón es cuando los instaladores vierten lubricante en la campana de la tubería donde se conectan las tuberías, en lugar de en la espiga. Cuando el extremo delantero de la espiga ha eliminado el lubricante debido al roce, el hormigón se queda al descubierto y chirria contra el propio hormigón, haciendo que se afloje y se desmenuce.
Durante las lluvias torrenciales, las aguas subterráneas se mezclan con el material suelto de la tubería y lo convierten en una especie de 'leche' de hormigón, dejando al descubierto grietas y orificios en las juntas de la tubería. El problema se previene de manera sencilla, utilizando juntas pre-lubricadas. El gasto adicional de esta solución hace que los contratistas duden a la hora de invertir en esta opción cuando no se especifique.
Una gota en medio del mar
Cada vez más, los municipios y las autoridades de los consorcios de aguas están empezando a darse cuenta de la importancia de pensar a largo plazo y encontrar nuevas vías para abordar el problema de la fluctuación de las precipitaciones y el exceso de agua. En Salisbury, Australia, por ejemplo, se está utilizando tecnología para 'cosechar' las aguas pluviales guardándolas para irrigar y otros usos industriales durante períodos de sequía.
En Francia se están utilizando técnicas similares de forma pionera. En 2017, la Direction de l’Eau de Lyon Métropole lanzó el Project Ville Permeable, un enfoque sostenible para la gestión de los problemas del excedente de agua de la ciudad. El concepto se basa en la idea de 'la ville éponge', es decir, la ciudad como una esponja. En lugar de eliminarla a través de desagües pluviales, las aguas pluviales se recogen en la ciudad y se evita que se conviertan en un desecho inútil.
El programa cuenta con una inversión significativa, incluido hormigón prefabricado para almacenar las aguas pluviales y hacer que sean aptas para volverlas a usar. Fundamentalmente, las ventajas a largo plazo a la hora de hacer estas inversiones pueden ser una gota en medio del océano si las comparamos con el coste que tiene gestionar desbordamientos futuros y la contaminación. En palabras de uno de los miembros del equipo de proyecto: «Nous n’avons pas assez d’argent pour faire pas cher» o, en español, «No tenemos suficiente dinero como para hacerlo a buen precio.»
En Trelleborg, no creemos en parches rápidos ni en soluciones a corto plazo. Gracias a más de 100 años de experiencia, nuestras operaciones globales de juntas para tuberías ofrecen a los propietarios de las redes soluciones de ingeniería de polímeros que sellan, amortiguan y protegen aplicaciones críticas en circunstancias exigentes.
Los productos de Trelleborg Pipe Seals, que incluyen soluciones de instalación y rehabilitación para tuberías de hormigón y de plástico, además de pozos de inspección y conectores, están construidos para durar, garantizando así juntas estancas durante décadas. Nuestros materiales están diseñados para una vida útil a largo plazo de más de 120 años.
Si quieres obtener más información, visítanos en ‘Village Béton’ en la feria de muestras internacional Pollutec de Lyon, del 27 al 30 de noviembre de 2018.